Mi amargura despedazadora
Publicado originalmente en ENERO 31 año 2014
Es tarde. No había reparado en la hora. 1:20 AM.
Estoy contemplando las teclas como si por eso
mis dedos supieran que hacer después, y no, no pasa nada.
Sé que tengo mucho por decir, mucho que no
significa nada.
Llevo la nada muy frecuente en mi vocabulario.
Estoy llena de nada.
Estoy envuelta en los mismos problemas de
siempre, pero aun así no me mueven; sé que es necesario algo peor, pero sé que
algo peor en realidad me aniquilaría. Estoy a medio camino de eso.
Estoy enferma, y ya no es sólo mentalmente. Mi
estómago parece una caldera, he descuidado tanto mi vida, me alimento solo
cuando me acuerdo, ya ni siquiera es cuando tengo hambre, es casi únicamente
cuando tengo la voluntad de alimentarme… he pasado muchos días así y esta
semana he sentido las consecuencias.
¿Cuándo dejaré este bucle de porquería? ¿Cuándo?
Porque estoy segura de que acabará conmigo.
Me he pasado la vida entera menospreciando mis
propias habilidades; y ni se diga de las de los demás. Si no era eso, era creer
que no era necesario ningún esfuerzo, y no tanto “creer” sino sentirlo
realmente… Porque logré cosas que a otros les costaban y a mí nada. Y eso fue
lo más dañino de mi niñez, que mis padres dejaran que sea “buena”, algunas
veces incluso mejor que el promedio sin hacer nunca ni el más mínimo esfuerzo; fue
el haber crecido en un ambiente donde la competencia era baja, donde me
conformaba con ser igual que los “mejores” y lograrlo siempre sin esforzarme…
Porque no puedes ni imaginar lo aburrido que era ser igual a ellos y pasar todo
el tiempo únicamente jugando, y aprender o estudiar con ellos era igual una
pérdida de tiempo, que cada cosa que
hacía o pensaba yo sola era más valioso y más entretenido. He sido una arrogante de mierda, incapaz de
reconocer a quienes merecían mi reconocimiento. Muy pocos han causado ese
efecto en mí sin que los repudie por mi malsana envidia. Envidia que no era
realmente eso, o quizás sí; lo único que hacía era minimizar los logros de
otros deslegitimizándolos con cualquier pretexto. Lo peor ha sido tener que
comer mierda cuando incluso aquellos a quienes consideraba inferiores han
logrado más y mejores cosas de las que yo llegaré a concretar jamás. Ser como
una abeja obrera, ser como una oveja, ser como una hormiga… Seguir y seguir medianamente
como se pueda, siguiendo patrones y siguiendo órdenes y obedeciendo sin refutar
nada, sin pensar nada, sin meditar, sólo haciendo. Sólo seguir. Eso era todo, y
no fui capaz de hacerlo. Nunca he sido ni ligeramente capaz de hacer algo así,
y ahí empieza mi envidia, mi amargura, mi constante “¿por qué no puedo ser como
ellos?”. Y por todas estas idioteces
pedantes de mi parte, por todas esas tonterías, me di cuenta muy tarde que era
un pez grande en un estanque chico, que al soltarme en el mar los tiburones
iban a hacerme pedazos, a mí, un pez arrogante que no creía que debía hacer
nada más allá de lo estrictamente necesario porque eso era más que suficiente,
que pensaba que nunca nada podía ser tan malo y que al final todo pasa y nada
es para siempre así que los males no podían dañar más que lo que cualquiera
soporta y luego todo estaría en el pasado y sencillamente se convertiría en un
recuerdo de antaño.
La vida
no para, no espera, no avisa…
No.
Mira, escribo todo esto para que salga de mi
cabeza y deje de zumbarme como un mosquito. Pero no sé si sirva realmente. He
repetido este proceso por años. Y como dije, es un bucle de porquería. Lo mismo
que lloro y me regodeo en mi miseria, lo mismo que vuelvo a hacer lo mínimo
necesario para cualquier cosa. Es como para redimirme un momento y dormir bien aunque
sea una noche, pero volver mañana a cometer los mismos errores de obra y de
omisión.
Conozco gente que me parece reprobable, que hace
y dice estupideces, pero esos triunfan en la vida, me ganan en muchos aspectos;
y aunque yo también hago y digo estupideces, como dije antes, soy incapaz de
seguir el camino que se nos encomienda mientras los otros con todo y su
idiotez, lo hacen. Y ves? Ves que para no quedar tan mal los tacho de
estúpidos?... Pues admito que en realidad no es así, algunos de ellos, supongo,
saben lo que quieren en la vida y simplemente van a por ello y lo consiguen. Y
yo, lastimosamente no soy de esos.
Media hora escribiendo y aún no llego a nada.
Así ha sido siempre. Hablo mucho y digo poco.
Vivo inconforme con muchísimas cosas. He canalizado
mis frustraciones como un odio feroz a ciertos profesores… Y por extensión a
ciertos compañeros, y esto no es todo el tiempo en realidad, sólo cuando yo
estoy ya enceguecida de rabia y ellos cometen la estupidez de reafirmar mis
suposiciones sobre sus mentes y modo de proceder. Odio la manera en la que se
llevan las cosas, cómo se puede escalar posiciones haciendo trampa y teniendo
amigos que te favorezcan; detesto la forma en la que se maneja la sociedad, la
corrupción, los merecimientos absurdos, las pleitesías y favores, la falsa
autoridad basada en la bravuconería, el falso respeto instaurado con miedo, y
detesto profundamente a sus ejecutantes, a los que se valen de su posición y su
poder para aprovecharse de los demás, para recordarles que son menos, aunque en
realidad lo que son es menos afortunados porque no tuvieron los contactos o la
oportunidad de trepar como ellos lo hicieron, y los humillan, y sé que
seguramente lo disfrutan. Quizás tengo algo mal en la cabeza. Por otro lado,
tampoco soporto a los que se escudan en ser desvalidos para actuar
miserablemente. Odio los polos, supongo.
Me desanima pensar que la situación no va a
cambiar, y que no tengo oportunidad mientras sea como soy… y que como nunca voy
a definir qué mismo soy o qué diablos quiero… estoy literalmente condenada a
perecer entre tanta gente segura de sí misma, o mejor dicho desde mi
perspectiva, gente que sí logró asimilar lo que se requería de ellos y que lo
hicieron sin siquiera darse cuenta; porque creo que ahí yace el secreto… el
vivir casi en modo automático… sin cuestionar, sin pensar, sólo haciendo, sin
parar… hasta que se mueran un día sin darse cuenta.
Y que la vida siga viviendo a través de
nosotros.
2:25 AM
LP
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